VUELVO
Vuelvo, abriéndome paso entre las brumas del amor que no pudo ser, porque dios no quiso. Entre las heridas del ego, mi ego maltrecho y dolorido, la vanidad quebrada por no ser la elegida. Fantasías tantas, como estrellas lejanas en la noche clara de primavera. La bóveda celeste me regaló la ilusión de fugaces deseos que jamas pedí, destellos sobre un lienzo oscuro.
Vuelvo a las cosas sencillas, puedo ver un misero programa en la tele, puedo escuchar una voz amiga sin sentirme invadida. Ya su pensamiento no me disturbia, su presencia no me acompaña y recupero el interés por mi.
Vuelvo de un lugar, en no sé que abrasador sol, que solo para mi brillaba. Me cobijan y refrescan los humildes muros de esta casa. Mi casa, que perdió todo el valor de hogar, porque solo él, era mi patria.
Vuelvo despacio, con el miedo aún de una recaida, de enamorarme de un dios que no es mi Dios, de entregar mi vida sin condiciones a una vana ilusión, que altera la física y la química de mi cerebro humano.
Vuelvo a mi simple y
pacífica existencia,
vuelo de mariposa.
Maite Galiana. 3 de junio de 2009